15/6/09

Séptima Observación...

El pueblito del Parque O’Higgins aún se mantiene como un lugar tradicional, un lugar en estilo colonial, donde las decoraciones de los locales muestran la esencia del ser chileno, elementos del campo, comidas típicas que se mantienen todo el año. A pesar de no ser actualmente un lugar concurrido, el pueblito mantiene un público fiel el fin de semana que hacen de este lugar un paseo recurrente.


Entre los locatarios se comenta que las pasadas fiestas patrias, en el 2008, pueden ser las últimas que se hagan en el pueblito. Este lugar se ha mantenido como el corazón de las fiestas patrias durante muchos años y genera muchas utilidades a los locales. Por este lugar han pasado presidentes y mucha gente que repleta el lugar todos los años. El pueblito actualmente está reducido a menos de la mitad, se han destruido sus locales más importantes y la presencia de escombros, de tierra, el quite de baños públicos, el poco interés por tener la vigilancia que requiere el sector, han ido alejando a los turistas y a la gente que hacía del pueblito su paseo oficial del día domingo.


Las ventas empezaron a bajar, hasta que ahora la ganancia de los locatarios es mínima. Es muy notorio el desanimo de los trabajadores. Entre ellos han solidarizado, gente de los locales demolidos, han prestado ayuda en trabajo a los demás locales en pie, ya que muchos trabajadores, desmotivados por esta destrucción del pueblito han tomado la decisión de irse. Manifiestan claramente su decepción hacia las autoridades, la situación antes era distinta, dice un garzón: “esto antes era una romería, todos los días romería, se llenaba, y me acostumbré a trabajar así, que pase esto ahora, es un crimen, estoy el día completo sentado, sin hacer nada, y eso me deprime…”. La disminución de público ha sido paulatina, han afectado, las demoliciones, el quite de baños públicos, la falta de vigilancia, lo complicado de los accesos, la basura que acumulan las empresas que construyen. Esto ha llevado incluso a que los locatarios deban subir un poco los precios para superar las dificultades económicas.


Es pensable, que ya al estar reducidos a nada, principalmente los locales bailables, los más amplios y los más antiguos y famosos, las fiestas patrias no tengan en este lugar el mismo brillo como era costumbre en los años anteriores, y es lamentable esta situación, los planes de demolición están detenidos por el momento, y es de esperar que se mantengan así y se genere un diálogo y solución para la gente del pueblito.

Por: Alvaro Paredes Orellana

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