29/3/09

PUEBLITO PARQUE O’HIGGINS, SEGUNDA OBSERVACIÓN

PUEBLITO PARQUE O’HIGGINS, SEGUNDA OBSERVACIÓN:


En mi segunda visita al pueblito del parque O’Higgins, esta vez un día viernes y un poco más tarde que la oportunidad anterior, noté apenas algunos cambios respecto a mi visita anterior que fue un día jueves. La afluencia de público si bien no era notoriamente mayor, se notaba un cambio en el tipo de gente que transitaba. Se comenzaba a ver un público más adulto y distinto además del público habitual.

En mi visita anterior estuve presente un lapso de 3 horas aproximadamente y el público que se veía era mayoritariamente escolar, algo lógico, en medio del pueblito hay un colegio, un colegio bastante peculiar, tenia un restaurante en él con la característica comida típica que hay en todos los locales del pueblito, además de esto, el colegio enseña a sus alumnos, además de los tópicos regulares, gastronomía típica chilena y cultura clásica chilena, lo cual no es una práctica habitual de los colegios en Chile, lo cual sugiere que el pueblito se quiere resistir a la americanización o globalización tal vez, y quiere inculcar al menos a una pequeña porción de la población a que no olvide ni pierda sus raíces y que mantenga vivas las tradiciones.

Llama la atención que los alumnos que salen de el colegio se veían bastante educados y respetuosos, se nota en el trato que tienen con los locatarios del pueblito, los alumnos del colegio una vez que salen, van a los locales y compran sopaipillas, empanadas, bebidas, etc. y permanecen un momento en el pueblito. Por más que se ofrezcan solo a unos pasos del pueblito y del mismo parque O’Higgins menús mas americanos y lugares de esparcimiento talvez mas modernos, los alumnos del colegio del pueblito prefieren estar un rato ahí y disfrutar un poco del entorno y del agradable ambiente quizás, y después irse a sus casas.

Sin duda lo que llamó un poco la atención es que estaban abiertos uno o dos locales más y que la mayoría de los locales republican sus precios con leves alzas, aparentemente a la espera del público del fin de semana. Esto hace pensar que efectivamente el pueblito revive en las últimas horas del viernes y los días sábado y domingo. Lo que es un poco tranquilizador, uno a primera vista y en un día un poco más apagado que el resto de los días, como lo es un jueves, se entristece un poco por lo abandonadas que tenemos las tradiciones y los lugares clásicos de nuestra cultura, de nuestra cultura popular, de nuestra cultura fiestera y de nuestra cultura dieciochera también.

El pueblito tiene un cierto atractivo que no se ve a primera vista, ni a segunda vista, pero que si se percibe desde la primera visita.

Si hay que cambiar algo de este pueblito de manera profunda y prontamente, es su belleza física, en este sentido el pueblito, está muy descuidado y ahí se nota la poca preocupación de las autoridades en esto.

Si bien hay intenciones de la municipalidad en desempolvar este pueblo, y eso se ve en las remodelaciones que están llevándose a cabo, la remodelación se ve bastante lenta y floja y que a mi parecer no le darán el brillo necesario al pueblito, la remodelación como la veo, solo se ha tratado de repavimentar, construir un muro y enrejar de mejor manera, el pueblito requiere otra cosa, algo que llame a la gente a recordarlo, y a recordarlo todos los días, cosa que no otorga un poco más de cemento.

Por: Álvaro Paredes Orellana.

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